Editorial
Luchamos por verdad y justicia. La vigencia de esta lucha, que es también la de muchos otros, la demuestra la historia reciente. Desde las altas esferas del poder se mueven los hilos de sus titiriteros para promover en sus medios la idea de que el crimen de Estado cometido contra los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa ha sido resuelto. Ellos reconstruyen sus mentiras para convencer o imponer a los afectados, interesados, solidarios y enterados, de varios hechos que en el fondo son una sola idea: el caso está cerrado y todo ha quedado atrás. Muestran la soberbia del poder que no mira las exigencias fundadas de esclarecimiento del crimen estatal, redoblan la sordera ante el clamor de las calles pidiendo justicia, se consumen en la terquedad de reprimir la organización que se levanta para construir lo que ellos no son capaces. En muchos rincones del planeta, así como en nuestro país, desde el abajo social la rabia se trueca en organización que levanta la bandera de la verdad y la justicia, mientras los de arriba quieren mantener los cauces institucionales que ellos mismos escupen y destruyen con su violencia. Con sangre quisieron silenciar a los normalistas de Ayotzinapa, con sangre quieren acallar las movilizaciones, con sangre quieren imponer su mentira pintada de verdad, con sangre van a firmar las elecciones. Los bandos se vuelven claros y la verdad se muestra como un ejercicio de justicia. El crimen de Estado tiene una continuidad en sus acciones para encubrir su culpabilidad.
Son múltiples las iniciativas organizativas para defender la
verdad y construir la justicia. La labor tenaz de los padres y
familiares de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos
por el Estado ha sido fundamental y determinante en este
proceso. A ellos dedicamos el presente esfuerzo colectivo
que tiene por objetivo aportar un pequeño granito de arena
en el mar embravecido de la lucha por la presentación con
vida de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos
desde el 26 de septiembre de 2014. Aprendiendo del trabajo
de los padres y familiares hemos coordinado voluntades
individuales para elaborar el presente documento que
contiene algunas coordenadas necesarias para entender y
explicar la verdad histórica del crimen estatal cometido
contra una organización estudiantil de izquierda con 80
años de vida y lucha. La mayor parte del documento que
presentamos lo constituye una cronología sistematizada
sobre los acontecimientos desde el 26 de septiembre del
2014 hasta el mes de marzo del 2015, acompañada por
algunos antecedentes, un recuento de la represión sufrida
por el normalismo rural en años recientes. También contiene
un análisis de los discursos que pronunció la PRG el 7
de noviembre de 2014 y el 27 de enero de 2015 donde el
Estado presentó su mentira disfrazada de verdad.
A casi siete meses de perpetrado el crimen una más de las
víctimas ha sido la verdad, por eso hemos elaborado este
documento para contribuir a la claridad y la vigencia de la
memoria en la lucha por la justicia ante el ejercicio descarnado
del poder de las clases dominantes del capitalismo
actual. Muchas son las trincheras de lucha y muchos los
retos, por lo que consideramos que analizar el actuar nuestro
y del enemigo puede aportar a consolidar nuevas
propuestas y renovar la lucha en una siguiente etapa.
¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!