
EL TORITO | por TOR | ¿Quiénes ganan con la construcción de la “nueva” reforma educativa? | Desprecio | Número 31, Año 6, abril, 2019
En lo que va del año, un tema que ha ocupado a los medios así como al presidente de la 4T ha sido el tema de la derogación
de la “mal llamada reforma educativa” que en 2016 llevó a los maestros de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), a movilizarse de manera masiva en contra de la reforma de carácter laboral que se ocultaba tras
el velo de la calidad educativa.
Si bien las movilizaciones del magisterio democrático lograron que el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) suspendiera por un año el proceso de evaluación al desempeño docente y en los hechos demostraron que la
reforma es inaplicable en distintas regiones del país, debido a las condiciones materiales que se viven en ellas, la reforma
no logró derogarse.
Durante su campaña para llegar a la presidencia, AMLO prometió a los maestros que derogaría esta reforma, claramente
laboral y que ofrecería mejores condiciones para la reactivación y desarrollo de las normales y de sus egresados; también
prometió que ya no había más evaluaciones punitivas y que la educación sería en la realidad lo que en el documento constitucional: un derecho.
Sin embargo hoy, a tan sólo unos meses de distancia, los maestros volvieron a tomar las calles pues una vez más el documento y la realidad no se correspondían. En efecto, el ejecutivo envío una iniciativa de ley con una “nueva” propuesta
en materia educativa que, según lo prometido, debería apelar a la generación de condiciones para hacer de la educación un terreno de derechos tanto para los estudiantes como para los
profesores y sobre todo, para aquellos que se están formando para ser profesores. Mas no fue así.
Lo que se está debatiendo en San Lázaro más allá de las
modificaciones a un documento, es la continuidad de una
reforma que en esencia sigue siendo laboral, pues como lo
han señalado algunos especialistas en el tema como Hugo
Aboites (UAM-X) o Luis Hernández Navarro (La Jornada),
así como los mismos maestros, la “nueva” reforma conserva los puntos estratégicos de la reforma anterior: mantiene
el régimen laboral de excepción para los maestros pues no
respeta el marco legal del articulo 123 constitucional que señala la importancia del trabajo digno así como la creación de
empleos; señala la desaparición del INEE y la creación de un
nuevo organismo que retoma toda la estructura y recursos del
anterior instituto de evaluación educativa; también mantiene
la necesidad de un espacio de vocación privada desde el cual
la “sociedad civil”, es decir, la OCDE, Mexicanos Primero y
otra serie de empresas, pueda intervenir de manera directa
y avalada por la Constitución en la conducción y organización de la educación, dejando fuera de estas decisiones a los
maestros y a la comunidad. Este último punto es fundamental pues este espacio ocupado por el sector empresarial es
el que tendría todas las facultades para emitir lineamientos
relacionados con el desarrollo del magisterio, el desempeño escolar,
los resultados del
aprendizaje, la
mejora de las escuelas,
y sobre todo, en relación al tema de la
organización y la gestión escolar. Así, serían los empresarios
y no los maestros y especialistas en cuestiones educativas
los encargados de determinar si la labor de los docentes está
funcionando o no.
Por evidentes razones, los diputados del PRI y PAN votaron
a favor, incluso el Sindicato Nacional de Trabajadores del
Estado (SNTE), se manifestó a favor de la nueva reforma en
materia educativa; no obstante, el sector democrático manifestó un abierto rechazo a esta nueva reforma que sigue sin
respetar sus derechos y que mantiene la línea de exterminar
al normalismo. Es falso que el rechazo de la cnte a la actual
reforma sea por el tema del control de plazas, lo que el magisterio ha insistido en señalar es el desprecio del gobierno
al magisterio y la indiferencia de éste frente a sus necesidades laborales y estructurales.
Ante la falta de acuerdo, el pasado 16 de abril del presente año, AMLO envío un memorándum a Olga Sánchez
Cordero (Segob), Esteban Moctezuma (SEP) y Carlos Urzúa
(SHCP), en el que decreta la suspensión de la reforma educativa aprobada el sexenio pasado así como la orden para dejar
sin efecto todas las medidas en las que se haya traducido la
aplicación de dicha reforma; en el documento también se
sugiere la reinstalación de las maestros cesados por la aplicación de la reforma educativa de epn, la liberación de los
presos y luchadores sociales por la defensa de la educación,
y la indemnización a familiares de aquellos que hayan muerto por defender sus derechos.
En dicho documento también se señala que la educación
debe ser obligatoria, laica, pluricultural, de calidad y gratuita en todos sus niveles; que la nomina del sector educativo quedará bajo el control de la Secretaría de Hacienda
y Crédito Público (SHCP), esto para evitar cualquier tipo de
corrupción, y que la Secretaría de Educación Pública (sep),
será la encargada de administrar las plazas magisteriales y
de garantizar la contratación de egresados de las normales
públicas del país. Asimismo, señala que la Secretaría de Gobernación (segob), deberá realizar las diligencias necesarias
para liberar a los maestros y luchadores sociales que se encuentren en prisión por oponerse a la reforma de epn o por
haber participado en otras causas sociales justas.
Como era de esperarse, los representantes del Pacto por
México, así como de otros sectores empresariales, no tardaron en decir que el memorándum y lo expuesto en él era
inconstitucional; la cnte ha declarado que “hasta no ver, no
creer”. Sin embargo, más allá de lo que los
medios
retoman
para mostrarnos la
nota del
día, cabe preguntarse ¿quién gana
con la “nueva” reforma educativa? Vislumbremos algunas respuestas.
Aunque no lo parezca, gana el Pacto por México y todos
los empresarios que cuidan que se cumplan los mandatos
de la ocde y organismos similares. Ganan los partidos que
defienden los intereses de esas grandes empresas. Gana el
gobierno en turno que ahora tiene un tiempo más para seguir
negociando con la cnte; ganan todos ellos porque una vez
más se deja fuera a la cnte para decidir de manera directa el
rumbo de su sector, en este sentido, cabe preguntarse ¿qué
gana la CNTE? ¿qué gana el magisterio? ¿es este memorándum una garantía para los maestros o una simple estrategia del gobierno para negociar y no perder? y si seguimos
con las preguntas, podríamos cuestionarnos ¿qué necesita la
CNTE y el magisterio para ganar sus demandas?
Le invitamos, querido lector/lectora, a estar pendiente de
este proceso, a informarse, a estudiar y conocer larga historia de lucha y resistencia del magisterio, pues quizás en
ese voltear a mirar al otro, nos encontremos y quizás ahí se
encuentre alguna respuesta a las interrogantes que hoy nos
plantea la realidad.
EL TORITO | por TOR | ¿Quiénes ganan con la construcción de la “nueva” reforma educativa? | Desprecio | Número 31, Año 6, abril, 2019